26 de septiembre de 2011

Navegando

Después de mucho tiempo sin escribir se ha terminado el silencio. Este finde pasado he vivido una experiencia única e inolvidable.

Todo empezó con el mono. Hacia tanto tiempo que no navegaba que ya casi se estaba haciendo insoportable. Necesitaba sentir el agua moviendose bajo mis pies y el viento hinchando las velas. El olor a mar envolviendo todo el ambiente y el Sol tostandome todo el cuerpo. La sensación continua de balanceo producida por el elegante vaiven de las olas. El azul marino fundiendose en el horizonte con el azul cielo. Despertarte, salir a fuera y estar en el medio del mar. Preparar un café y disfrutar de esa tranquilidad que sólo allí puedes conseguir.

Todo ello increíble. Si crees que estoy exagerando es por que nunca lo has probado o ya lo has olvidado. En ambos casos deberias probarlo. Peró lo más increíble de todo aún no lo he contado. Si a todo esto lo acompañas con 7 amigos que también saben disfrutar, la sensación de bienestar aumenta de forma indeterminada. Cuando ves que la gente de tu alrededor se lo está pasando igual de bien y que también estan disfrutando la felicidad es infinita. Y esto ha sido lo que ha pasado este fin de semana.

En resumen, tengo muchísimas ganas de repetir esta experiencia y ahora más que nunca de volver a ver a la tripulación.

1 comentario:

  1. Oh!!!! que bonic :)
    Nosotros tmb queremos repetir. Ha sigo genial!!

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